jueves, 13 de junio de 2019

Memoria implícita i vivències primerenques


A propòsit de la memòria implícita i la importància de les experiències primerenques reproduim les següents paraules del Dr. Gabor Maté:
"Hay una manera significativa en la que las experiencias tempranas moldean el comportamiento adulto. Incluso y especialmente aquellas experiencias tempranas de las que no hay ningún recuerdo.
Resulta que hay dos tipos de memoria. Existe una memoria explícita que se da cuando se pueden recordar hechos, detalles, episodios, circunstancias.
Pero la estructura cerebral llamada hipocampo, que es la que codifica el recuerdo,  ni siquiera comienza a desarrollarse plenamente hasta el año y medio y no está completamente desarrollado hasta mucho después. Por esa razón casi nadie tiene ningún recuerdo anterior a los 18 meses.
Pero hay otro tipo de memoria llamada memoria implícita que es, de hecho, una memoria emocional, en la que el impacto emocional y la interpretación que el niño hace de esas experiencias emocionales se fijan en el cerebro en forma de circuitos nerviosos listos para dispararse sin un recuerdo específico.           
Por dar un ejemplo, las personas que son adoptadas tienen muy a menudo un sentimiento permanente de rechazo. No pueden recordar la adopción. No pueden recordar la separación de la madre biológica porque no hay nada ahí con que recordar. Pero la memoria emocional de separación y rechazo está profundamente grabada en sus cerebros. Por lo tanto, son mucho más propensos a experimentar una sensación de rechazo y un gran trastorno emocional cuando perciben que son rechazados por otras personas.
Esto no es exclusivo de quienes son adoptados, pero es particularmente fuerte en ellos debido a esta función de la memoria implícita.
Las personas que son adictas, según todas las investigaciones y mi experiencia, prácticamente todos los adictos extremos sufrieron considerables abusos de niños o padecieron severas pérdidas emocionales. Sus memorias emocionales o implícitas son las de un mundo que no es seguro y que no ayuda, con cuidadores en quienes no se podía confiar y relaciones que no son lo bastante seguras como para abrirse y volverse vulnerables. Por ello sus respuestas tienden a ser mantenerse separados de relaciones realmente íntimas, no confiar en cuidadores, médicos  y otras personas que están tratando de ayudarlos y, generalmente, ver el mundo como un lugar inseguro. 
Y ésa es estrictamente una función de la memoria implícita, la cual a veces tiene que ver con incidentes que ni siquiera recuerdan".